El hotel más pequeño del mundo, situado en la localidad alemana de Amberg, abre de nuevo sus puertas tras una profunda renovación interior. A partir de ahora el Eh’haeusl da la bienvenida otra vez a sus clientes.
Este mini hostal para recién casados, que tiene casi tres siglos de existencia, se ha ganado a pulso ser el hotel más pequeño del mundo, porque sólo mide dos metros y medio de ancho y tiene 56 metros cuadrados repartidos en tres pisos. Se le distingue fácilmente en la calle, porque es el inmueble más estrecho de la zona.
La historia de este alojamiento se remonta al año 1728, cuando las parejas que deseaban contraer matrimonio debían poseer una casa para poder hacerlo. Entonces su propietario decidió alquilarla a las parejas, para que pudieran celebrar la boda.
Ahora, en la actualidad sigue como hace años, sólo tiene una habitación doble, un baño, y un par de pequeñas salitas que sirven de comedor y estar. Pero sus mínimas dimensiones no le alejan del lujo y la comodidad. Más bien al contrario. Sus dueños le han renovado completamente por dentro y no le falta detalle: estatuas, flores, frescos en las paredes, adornos en el baño y ricos muebles.
Los clientes que han acudido al hotel no tienen ninguna duda: se sienten como invitados y piensan volver en cuanto tengan ocasión.
De hecho, las reservas son quizá el mayor de los problemas. Y es que para encontrar una noche libre, la lista de espera es demasiado larga… ¡Suerte a quien lo intente!
