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¿Sabías que este verano Iberia abre una nueva ruta de vuelos directos Madrid – Madeira? Lo tienes más fácil que nunca para visitar la perla portuguesa del Atlántico. Un paraíso de origen volcánico con más de 800 kilómetros cuadrados por recorrer y capital en Funchal. Practica senderismo, avista ballenas, descubre cascadas, admira las casas tradicionales de la isla y enamórate de Madeira. Si lo prefieres, también podrás volar con TAP Airlines, saliendo desde Madrid, Barcelona o Bilbao y con escala en Oporto o en las Azores.

Para que no te pierdas nada en tu viaje, te contamos los mejores planes que hacer en Madeira. ¿Todo listo para descubrir el secreto mejor guardado de Portugal?



Los mejores planes que hacer en Madeira

1. Visita Funchal, la capital de Madeira

En tu vuelo Madrid-Madeira aterrizarás en el aeropuerto Cristiano Ronaldo. ¿Sabías que el famoso jugador de futbol es originario de esta isla? Una vez en la ciudad, empieza por el casco antiguo, la llamada Zona Velha. Piérdete en su entramado de callecitas pavimentadas con basalto y mármol. La Rúa de Santa María es la más concurrida, además de estar atestada de bares y restaurantes con mucho ambiente, es famosa por sus puertas pintadas. En efecto, cada local tiene una puerta de entrada única, con diseños creados por artistas locales.

Después de admirarlas todas, en el centro también encontrarás uno de los puntos neurálgicos de Funchal, el Mercado dos Lavradores. Una explosión de colores que acoge tanto a turistas como a locales en el mercado más popular de Madeira. En la sección de flores encontrarás uno de los emblemas de la isla, la flor Ave del Paraíso y en los puestos de verduras podrás degustar decenas de frutas exóticas.

Otro de los imprescindibles en la capital es visitar la población vecina de Monte. La forma más cómoda de hacerlo es cogiendo el teleférico Funchal-Monte, que en 15 minutos te llevará desde la Zona Velha hasta las cercanías de la Iglesia de Monte. Son cuatro kilómetros de recorrido durante los que disfrutarás de vistas espectaculares sobre la ciudad y el Atlántico. Una vez en Monte, no te pierdas los Jardines Tropicales de Monte Palace. Un parque de 70.000 metros cuadrados con una enorme colección de plantas exóticas de todo el mundo. Pasea por su lago central, cruza sus puentes, siéntete como en Asia en el jardín oriental y conoce la historia de Portugal gracias a los azulejos distribuidos por el jardín.

Para volver de Monte a Funchal, nada mejor que bajar en carros de cesto. Se trata de trineos de mimbre conducidos por carreiros, que descienden los dos empinados kilómetros hasta Funchal en menos de 10 minutos. ¡Una carrera a toda velocidad que desatará tu adrenalina!

¿Sabías que se cultivan más de 30 variedades de uva en Madeira? Aunque lo podrás degustar en toda la isla, Funchal es un buen lugar para degustar el vino enriquecido de Madeira. Desde las variantes secas para tomar como aperitivo hasta las dulces para beber con el postre, no te puedes ir sin probarlo. Así como tampoco sin comer algunas de las delicias gastronómicas de la isla, como el pez espada, la polenta frita o las lapas grelhadas.

Una botella de vino es un buen souvenir de tu viaje, como lo es llevarte un típico bordado de Madeira. Esta es, sin duda, la artesanía más famosa de la isla y parte capital de su cultura y tradición. Los bordados de Madeira son únicos por su finura y por estar hechos completamente a mano. Desde pañuelos, manteles y sábanas hasta ajuares completos, la isla exporta sus bordados a todo el mundo.



2. Sube al mirador Cabo Girao y al teleférico de Faja Dos Padres

A menos de 15 kilómetros de Funchal se encuentra uno de los lugares que no te puedes perder en Madeira. Cabo Girao es uno de los miradores más altos de todo Europa, desde el que tendrás vistas panorámicas sobre el Atlántico. El mirador se sitúa en la cima de un escarpado acantilado, a más de 500 metros sobre el nivel del mar. Si no tienes vértigo, atrévete a recorrer la plataforma con suelo transparente, ¡desatará tu adrenalina!

Una vez contempladas las vistas desde Cabo Girao, desplázate hasta la cercana Faja Dos Padres y sube al teleférico para llegar hasta la playa. Se trata de una pequeña bahía que en el pasado solo era accesible por mar. Ahora, gracias al teleférico, podrás bajar los 300 metros de acantilado para darte un baño en su playa rocosa. El trayecto dura menos de cinco minutos y, además del océano, también podrás admirar algunos de los viñedos de la zona, donde se cultiva la uva para el vinho de Madeira. ¡Relájate en la playa y disfruta de la gastronomía isleña en el restaurante Faja Dos Padres!

3. Avista ballenas y delfines

Si te apasiona la fauna marina y, en especial, los cetáceos, en Madeira vivirás una experiencia inolvidable. Tendrás la oportunidad de contemplarlos en su hábitat natural gracias a que el litoral de la isla es un punto de reunión para estos animales. Se pueden avistar más de veinte tipos de cetáceos, entre ellos, delfines mulares, rorcuales tropicales, falsas orcas e incluso cachalotes, uno de los gigantes oceánicos que llega a medir hasta 16 metros. ¿Lo mejor de todo? No hay épocas mejores o peores para poder disfrutar de ellos, ¡en Madeira es posible avistarlos durante todo el año!

El sur de la isla es la zona desde donde parten la mayoría de embarcaciones que realizan excursiones de distinta duración. Las poblaciones más famosas desde donde salir son Funchal, Calheta y Machico, donde encontrarás una gran variedad de barcos para esta actividad. También puedes alquilar un bote privado, pero te recomendamos ir con guía para que este te lleve a los lugares principales de avistamiento y te ayude a identificar las distintas especies. No olvides llevar contigo unos buenos prismáticos. Además, si tienes suerte, también podrás saltar al agua y nadar con delfines. ¿Te apuntas? ¡Reserva ya tu vuelo directo Madrid-Funchal!

4. Practica senderismo por las levadas

¿Te gusta practicar senderismo? Entonces, reserva ya tu vuelo Madrid-Funchal porque uno de los mayores atractivos de madeira son sus rutas a pie. Se conocen como levadas, son caminos que discurren paralelos a las canalizaciones de agua y que recorren cientos de kilómetros por toda la isla. ¡El paraíso si te gusta andar! Hay levadas de todos los niveles, tanto para principiantes como para personas experimentadas. Algunas de las más populares son la del Caldeirao Verde, que te llevará hasta una gran cascada que cae sobre una laguna de aguas cristalinas. O la Levada das 25 Fontes que, a través de un valle con laderas de roca volcánica de las que brota agua, te conducirá al Bosque de Laurisilva. Nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este es uno de los espacios naturales más bellos de Madeira, lleno de cascadas y saltos de agua.

Pero no todo es mar y bosque en Madeira, también puedes disfrutar de los picos del interior de la isla, como el Ruivo o el Pico de Ariero. El más alto, con 1861 metros, es el Pico Ruivo, al que llegarás a la cima en una subida de tres kilómetros y con un desnivel de 270. Aunque parezca difícil, el ascenso está catalogado como de baja intensidad. Merece la pena el esfuerzo para subir hasta las nubes y contemplar la isla a tus pies.

5. Admira las tradicionales palhoças en Santana

¿Quién no ha visto nunca imágenes de las casas tradicionales de Madeira? Hablamos de las llamadas palhoças, edificaciones en forma de v invertida, con techos de paja que llegan hasta el suelo. Por ser una de las típicas postales de la isla, ¡es imprescindible verlas! Las encontrarás en Santana, un municipio situado al norte de la isla y el segundo más grande en extensión después de Funchal. La población atrae turistas por tener palhoças reacondicionadas que se pueden visitar por dentro. Como podrás ver, las casas tienen dos pisos, en el superior se solía guardar el grano y, en el piso inferior, es donde estaban antiguamente los establos de los animales. En el interior también verás herramientas, muebles y utensilios tradicionales.

Además de visitar las conocidas como Casinhas de Santana, este municipio también es un buen punto de partida para visitar el Bosque de Laurisilva o subir al Pico Ruivo, ambos mencionados en el punto anterior. Santana es un lugar pintoresco con un gran patrimonio arquitectónico dentro del que destaca la Igreja Matriz de Sao Jorge, la Capela de Santa Ana o el Fortín de Faial, con cañones apuntando al mar para combatir los barcos ingleses. También tendrás la oportunidad de hacerte con artesanías tradicionales de la isla, como bordados, cestos de mimbre o el tradicional barrete de orelhas, un gorro que usaban los pastores de Madeira, con orejas y coronado con una borla.

6. Báñate en playas de arena negra en Seixal y Caniçal

En este artículo sobre los mejores planes que hacer en Madeira no pueden faltar sus playas. La isla cuenta con 160 kilómetros de litoral y, aunque gran parte de este está formado por acantilados, las playas de Madeira son imperdibles. Aquí te recomendamos dos de las más espectaculares por su arena negra natural: Porto do Seixal y Prainha.

La Playa do Porto do Seixal se sitúa en el norte de Madeira, justo al lado del puerto de la localidad de Seixal. Una impresionante playa de arena negra en la que el verde de las montañas que la rodean contrasta con las aguas cristalinas. El lugar ideal para relajarte, tomar el sol, alquilar un kayak o explorar el fondo marino practicando el snorkel o el buceo. Otra opción en Seixal es acercarte a la Poça das Lesmas, piscinas naturales formadas en la roca volcánica o a la Praia de Jamaica, que te sorprenderá por su entorno natural único. Por otro lado, a menos de 10 kilómetros en coche desde Porto do Seixal, no te pierdas las piscinas naturales de Porto Moniz, también de roca volcánica, en las que el agua del mar se filtra de forma natural. Báñate en agua salada en un espacio con todas las comodidades: zona infantil, aparcamiento, tumbonas, bar y vestuarios.

En cuanto a Prainha, se encuentra en el pueblo pesquero de Caniçal, situado al inicio de la Península de San Lorenzo, al este de la isla. Esta bonita playa es también de arena negra y la rodea un paisaje árido. Prainha es famosa por las Dunas da Piedade, unas formaciones calcáreas fosilizadas de gran interés geomorfológico. Por otro lado, Caniçal fue un centro ballenero de 1940 a 1981. Aunque estos mamíferos están ahora protegidos y su pesca está prohibida, en el pueblo podrás visitar el Museo de la Ballena, donde hay una reproducción a escala real.



¿Ya tienes claro todo lo que harás durante tu viaje? Reserva uno de los vuelos directos Madrid-Madeira con Iberia y descubre lo mucho que la isla tiene por ofrecer. ¿Nos vamos?



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