Aunque fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, Hamburgo es hoy una ciudad renovada, repleta de canales, zonas verdes, parques y monumentos históricos, que puedes descubrir perfectamente es una escapada de fin de semana.
Si quieres empezar conociendo su cara más antigua, vete, tras aterrizar tu vuelo a Hamburgo, al centro histórico. Está decorado con las Krameramtswohnungen, tradicionales casas de madera del siglo XVII, con la iglesia barroca de San Miguel y su gran torre con el reloj y con el edificio barroco del ayuntamiento, Rathaus, que perfila el skyline de la ciudad.
Si eres un amante del shopping y quieres resarcirte, vete a la calle Jungfernstieg. Está repleta de tiendas, galerías de marcas de lujo y cerca del mercado de Fischmarkt, donde venden pescado fresco y reina un ambiente muy hamburgués.
Recorrer su puerto, conocido como “la Puerta de Alemania al mundo" porque recibe anualmente miles de barcos, es un plan imprescindible que tienes que hacer durante tu fin de semana en Hamburgo. Te permitirá adentrarte en la esencia de la ciudad, ver el Speicherstadt, una de las ciudades-almacén más grandes del mundo, y observar el trasiego de cargueros, barcos y contenedores.
Reserva tiempo para visitar Planten un Blomen, considerado como uno de los jardines japoneses más grandes del continente europeo, para pasear por los lagos Binnenalster y Außenalster y para ver el Jardín Botánico.
Viajar a Hamburgo, una ciudad sobre el agua, te adentrará en la esencia más marinera del país germano. ¿Te animas?