Descubre Puerto Rico

Esta zona comprende los siete pueblos que conforman el centro urbano de Puerto Rico, Cataño, Toa Baja, Trujillo Alto, Bayamón, Guaynabo, Carolina y su capital, San Juan. Esta última es una ciudad con quinientos años de historia. Pasear sus adoquinadas calles, con sus edificios coloniales y coloridos, retrotrae a otra época. La visita obligada es el Castillo de San Felipe del Morro, la fortaleza que construyeron los españoles para defender la isla de posibles ataques por mar. San Juan, por el día, tiene muchas tiendas de artesanía local muy original y una oferta de restaurantes de comida criolla muy interesante, mientras que, por la noche, merece la pena perderse en los cientos de bares que hay para bailar a ritmo de salsa o hacerlo directamente en la calle en las fiestas improvisadas que se montan en cada plaza.
Para echar un trago, en Cataño, destaca la destilería Bacardí, la fábrica de ron más grande del mundo. Si quieres probar la gastronomía local, por Trujillo Alto transcurre la Ruta del Lechón. Las lechoneras eran restaurantes al aire libre especializados en cerdo asado a fuego lento con guarniciones de plátano y arroz. Guaynabo, por su parte, es un lugar ideal para irse de compras, además, es famosa por su excelente comida callejera. Y en Carolina tienes el lugar perfecto para una jornada cultural, es el lugar de nacimiento de numerosos héroes puertorriqueños. Además, cuenta con dos playas de ensueño. Isla Verde y El Balneario de Carolina.

La costa norte de Puerto Rico es famosa por sus playas espectaculares y los lujosos resorts que las rodean, además de ser el destino favorito de los aficionados al kitesurf y el surf.
Entre los pueblos del litoral, destacan Barceloneta, que debe su nombre a un barrio de Barcelona, y es un lugar ideal para las compras, donde se encuentra la Playa de La boca, de arena negra y muy extensa, justo en la desembocadura del Río Grade de Manatí.
En Camuy encontrarás la red de cuevas más extensa del hemisferio occidental y uno de los ríos subterráneos más grandes del mundo. Es un sistema de galerías subterráneas que mide kilómetros y cuenta con más de doscientas cuevas y cavernas. Muchas tienen formaciones de estalactitas y estalagmitas que constituyen un verdadero espectáculo natural.
En Dorado, a 35 kilómetros de San Juan, tienes una excelente oferta de resorts junto al mar. Es un sitio ideal para jugar al golf. En Manatí, sin embargo, destaca la actividad cultural, no en vano, la llaman la Atenas de Puerto Rico, aunque la visita obligada en este municipio es a Mar Chiquita, una playa con acantilados kársticos y vistas fascinantes.
Toa Alta es conocida como la cuna de los poetas, muchos de los más importantes de Puerto Rico nacieron aquí. En Vega Alta, está la zona de Cerro Gordo, donde podrás tener un fin de semana de ensueño rodeado de palmeras. Sus playas tienen aguas totalmente trasparentes y cuenta con áreas para acampar con todos los servicios y facilidades.

El sur puertorriqueño es considerado el centro cultural de la isla. Ponce, por ejemplo, es conocida como "Ciudad Museo". Sus calles son de arquitectura colonial y su museo de arte cuenta con una colección de arte europeo. No debes perderte la Plaza de las Delicias y, por supuesto, la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe, además de la fuente de Leones, símbolo de la ciudad.
Para refrescarse, la playa más famosa de la zona es Pelícano, en la Isla de Caja de Muertos. Se trata de una reserva natural a la que se puede llegar en barco y que, además de playas impresionantes, cuenta con rutas de senderismo.
Coamo está ubicada en el centro de un valle sobre un volcán. Aunque este ya no tiene actividad, sí que hay varios manantiales y piscinas de aguas termales. A la hora de comer, merece la pena visitar Salinas, conocido como El Pueblo del Mojo Isleño, una salsa local con la que se marida el pescado. Además, desde aquí sale La Paseadora, un ferry que lleva a Cayo Matías, una isla deshabitada que merece la pena visitar por sus manglares.
En Guayana puedes seguir disfrutando del mejor ecoturismo. Sus bosques Aguirre y Carite comprenden un parque natural en el que se pueden dar largas caminatas y observar aves. Y no puedes quedarte sin pasar por La Casa de los Pastelitos, un restaurante que ofrece todo tipo de empanadillas. Por último, en Guayanilla hay que remontar el río Guyanés hasta llegar a La Soplaera, un espacio lleno de cascadas y piscinas naturales ideal para relajarse.

La parte oriental de Puerto Rico destaca por sus selvas tropicales, como la de El Yunque, un lugar magnífico para practicar senderismo y luego bañarse en su gran cantidad de piscinas naturales con cascadas. Además, cuenta con una torre de observación, la de Yokahú, que permite contemplar un paisaje de verdes montañas que acaban en el océano.
El pueblo de Loíza es muy original, se distingue de todos los demás puertorriqueños por su herencia africana. En el siglo XVI fue poblado por miembros de la tribu Yoruba que fueron traídos como esclavos. Por eso ahora es donde está la población afroamericana más grande de la isla. Son muy recomendables las frituras y las brochetas de pollo y cerdo de sus restaurantes, como El Boricua, famoso por sus buñuelos.
En el extremo Este de la isla, está Fajardo, donde puedes encontrar algunas de las mejores playas de Puerto Rico, como Seven Seas, una de las más populares. Tiene forma de media luna y está rodeada de palmeras y almendros. En la región, también están Playa Escondida y Playa Colorá, más apropiadas para los que buscan privacidad. Caguas, el "corazón y centro" de Puerto Rico, es muy interesante desde el punto de vista cultural. Tiene un jardín botánico de 60 acres sobre los restos de la Hacienda San José, una plantación de caña de azúcar del siglo XIX, y también un museo del tabaco. En Las Piedras hay unas extraordinarias formaciones rocosas de origen volcánico que los habitantes nativos de la isla, los taínos, usaban para sus ceremonias religiosas.

En esta costa tenemos el epicentro del surf no solo de Puerto Rico, sino también del Caribe. Por eso, lógicamente, estamos hablando de las mejores playas de toda la isla. Un lugar para pasarse el día haciendo deporte y luego disfrutar tomándose algo ante puestas de sol espectaculares.
Rincón es un pueblo conocido por sus escuelas de surf, aunque también se puede practicar buceo o, en invierno, ver las migraciones de ballenas. En Cabo Rojo, hay varias playas protegidas que también son excelentes y destacan sus salinas y el Faro de Los Morrillos, un elegante edificio neoclásico desde el que se tiene una vista panorámica del Caribe. A dos horas en coche de San Juan, está Lajas. Su paseo marítimo, La Parguera, es un antiguo pueblo de pescadores repleto de restaurantes, bares y puestos de comida callejera y, por la noche, es una zona de ocio que se llena de gente bebiendo cócteles tropicales y bailando música en vivo hasta altas horas de la madrugada.
En esta región también hay que visitar el centro cafetero de Puerto Rico, Yauco, donde se pueden hacer buenas degustaciones en El Café de Marta o Cafeíto. Si tu visita coincide con el Festival del Café, podrás disfrutar de desfiles y música en directo. Además, en este pueblo hay una curiosidad ineludible, probar la cerveza hecha con frijoles.
En la parte más cálida de la isla, al suroeste, está Guánica. Aquí toda la naturaleza es semivirgen y los caminos están sin asfaltar. Sus playas se encuentran en lugares remotos y rodeadas de densa vegetación.

Aunque Puerto Rico es famoso por sus playas, en su interior hay unos tesoros naturales tan espectaculares como sus costas. En la Cordillera Central, su principal cadena montañosa que atraviesa la isla de este a oeste, hay una zona centrada en la agricultura, especialmente cafetera, con haciendas, como Tres Ángeles en Adjuntas, que permite degustaciones de café y visitar sus instalaciones.
En Ciales, además de un Museo del Café, se pueden practicar deportes como rapel y barranquismo. Siguiendo por la montaña llegarías a Utuado, que alberga el Parque Ceremonial Indígena Caguada, un legado cultural taíno con 800 años de antigüedad con numerosos petroglifos muy bien conservados. En el Bosque Nacional de Río Tanamá, otro de los puntos de interés de Utuado, se puede hacer rappel, canyoing y kayak.
En el centro geográfico de la isla está Orocovis. En plena Sierra de Cayey, es un lugar para la pesca o el kayak porque cuenta con cuatro ríos y dos lagos, pero lo más emocionante es su Parque Natural de Aventuras Toro Verde, famoso por sus tirolinas, una de ellas, El Monstruo, de 2,5 kilómetros, es una de las más largas del mundo. Para comer, en esta zona también son muy populares las carnes a la parrilla o el plato más famoso de la isla, le mofongo, plátanos fritos con diversas carnes y salsas.

Puerto Rico es un archipiélago, hay numerosas visitas que podemos hacer fuera de la isla principal. Si tuviésemos que destacar dos, esas serían las islas de Culebra y Vieques. Hay varias formas de llegar, en barco desde los municipios de Ceiba y Fajardo, en ferry, taxi acuático o en aviones pequeños.
Lo interesante es que son islas vírgenes. Vieques sirve de refugio para mucha vida salvaje y cuenta con la Bahía Mosquito, la costa bioluminescente más brillante del mundo. Se trata de unos microorganismos que brillan en la oscuridad produciendo un verdadero espectáculo natural cada noche. También hay arrecifes de coral y playas, como Sun Bay o Green Beach, que permiten el buceo y tienen un fuerte oleaje.
La isla de Culebra es otro tesoro natural. Está rodeada por 20 cayos llenos de vida marina, ideales para bucear. Su Playa Flamenco fue nombrada por Discovery Channel como la segunda mejor de todo el planeta. Todo lo que te imaginas cuando piensas en una playa caribeña de ensueño, es lo que hay aquí. Arena blanca, agua turquesa, el ruido de las olas y del viento en las palmeras.
En esta zona están también las mejores áreas para practicar snorkel de todo Puerto Rico, como la Playa Carlos Rosario y la Playa Tamarindo, que están rodeadas de preciosos arrecifes de barrera. En la isla Culebrita, a la que se puede llegar por taxi acuático desde la isla de Culebra, hay seis pequeñas playas, entre la que destaca Playa Tortuga, y el abandonado faro, cuya torre se mezcla con la vegetación.