Panamá
- Ciudad de Panamá
- Isla Taboga
- Bocas del Toro
- Tierras Altas
- Boquete
- Riviera Pacífica
- Valle de Antón
- Pedasí, Cambutal y Venao
- Parque Nacional Coiba
- Santa Catalina
- Portobelo
Ciudad de Panamá
En el corazón de la ciudad late el histórico Casco Antiguo, un encantador barrio colonial declarado Patrimonio de la Humanidad, donde iglesias centenarias, plazas pintorescas y fachadas coloridas te transportan al pasado.
Si buscas experiencias culinarias, tienes que saber que Ciudad de Panamá ha sido reconocida por UNESCO como Ciudad Creativa Gastronómica y que cuenta con 2 restaurantes en la lista de Latin America 's 50 Best Restaurants. Tampoco puedes dejar de visitar el Canal de Panamá, una de las maravillas de la ingeniería mundial, que conecta dos océanos y simboliza el espíritu visionario del país.
Además, si eres amante de la naturaleza, te sorprenderá saber que Ciudad de Panamá es la única ciudad capital del mundo con un bosque tropical dentro de sus límites urbanos: El Parque Nacional Metropolitano, un pulmón verde con senderos, miradores y lleno de biodiversidad.
Isla Taboga
Conocida como la "Isla de las Flores" por su exuberante vegetación y coloridas bugambilias, Taboga también guarda una rica historia: fue hogar de piratas, exploradores y artistas como Paul Gauguin.
Además de disfrutar del sol y el mar, puedes recorrer senderos ecológicos, visitar su pintoresca Iglesia (una de las más antiguas del continente) y deleitarte con vistas panorámicas desde el Cerro Vigía o Cerro de la Cruz, uno de los puntos más altos de la
isla.
Bocas del Toro
Su archipiélago cuenta con tres islas principales. Isla Colón es la más desarrollada, con aeropuerto propio, calles coloridas y un perfecto balance entre hermosas playas y una vibrante vida nocturna. Isla Bastimentos sorprende con su fauna silvestre y playas escondidas como Red Frog Beach. Isla Carenero, con aire bohemio, es ideal para surfistas de todos los niveles. Además, el Archipiélago fue declarado un Hope Spot para la conservación de los corales, por lo que es una increíble opción para los aficionados del buceo y el snorkel.
Si de cultura se trata, Bocas del Toro no se queda atrás. Aquí, la herencia afrocaribeña se vive en cada esquina. La música resuena con una mezcla de calipso, reggae y dancehall. La cocina local sorprende con sabores intensos y auténticos del Caribe, y hasta podrás oír el guari-guari, un idioma criollo que combina inglés, francés y español, muy distintivo de la cultura bocatoreña.
Cada rincón guarda una historia, y todos te invitan a explorar, conectar y dejarte llevar.
Tierras Altas
En Cerro Punta, zona que se conoce como la despensa de Panamá, podrás encontrar jardines y caminos rurales que conducen a reservas naturales llenas de aves, orquídeas y vida silvestre. Además de cafetales, y fincas ecuestres, ganaderas y de cultivos.
También puedes visitar Cuesta de Piedra, una zona tranquila, pero con joyas naturales como el Macho de Monte. Un cañón con paredes naturales de 15 metros de altura, desde donde brota agua cristalina.
Boquete
Más a las afueras, explora senderos entre bosques nublados, cruza puentes colgantes y descubre cascadas escondidas. Desde subir el imponente Volcán Barú hasta avistar quetzales, o hacer river rafting, aquí la aventura se vive en cada esquina.
También hay tiempo para bajar un poco las revoluciones: degusta café de clase mundial en una finca local, pasea entre jardines llenos de flores y colibríes, y conéctate con la vida y naturaleza del entorno.
Boquete es un lugar incomparable donde la paz y la adrenalina convergen.
Riviera Pacífica
En Panamá Oeste, Punta Chame atrae a los amantes de los deportes acuáticos con su ambiente mágico y sus amplias playas. Gorgona y Coronado, por su parte, ofrecen comodidad y acceso a servicios turísticos sin perder la cercanía al mar.
Más adelante, San Carlos brinda un respiro sereno para quienes buscan desconexión total, mientras que el Valle de Antón, un pueblo encantador ubicado dentro del cráter de un volcán, te regala cascadas, pozos naturales y rutas de senderismo como La India Dormida o la Ruta de la Caldera.
En la provincia de Coclé, Santa Clara y Farallón destacan por sus aguas tranquilas y arenas claras. Esta región ofrece algo para todos, desde playas con grandes hoteles y hospedajes como Playa Blanca, Bijao y Buenaventura, hasta otras solo con pequeños restaurantes y bares.
La Riviera Pacífica no es solo un destino: es una colección de experiencias a corta distancia. Aquí, el mar, la montaña y la aventura están siempre cerca.
Valle de Antón
Sus paisajes montañosos invitan a explorar rutas icónicas como La Ruta de la Caldera, donde se conectan 4 senderos icónicos: La India Dormida, El Gaital, Cara Iguana y La Silla. Para los más aventureros hay tirolesas, ciclismo de montaña y rappel. Para quienes prefieren algo más pausado vale la pena conocer la historia de la mítica rana dorada, una especie en peligro de extinción, o disfrutar de un baño rejuvenecedor en los Pozos Termales El Valle.
El pueblo, con su ambiente pintoresco, ofrece mercados locales, artesanías hechas a mano y una gran variedad de restaurantes donde la gastronomía destaca. En 2024 fue reconocido como uno de los Best Tourism Villages del mundo por la Organización Mundial del Turismo.
El Valle de Antón es ese lugar donde puedes desconectar, reconectar y disfrutar de la paz de las montañas sin alejarte demasiado de la ciudad.
Pedasí, Cambutal y Venao
Con calles tranquilas y una comunidad acogedora, es el lugar perfecto para sumergirte en las tradiciones culturales del país. Aquí podrás conocer de cerca la Pollera, el traje típico nacional, y el arte del sombrero pinta’o, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
Muy cerca se encuentra el Refugio de Vida Silvestre Isla Cañas, un área de conservación clave en la ruta natural de millones de tortugas marinas que, cada año, regresan a la península de Azuero para desovar durante las famosas arribadas. Un espectáculo natural que puedes vivir de cerca en este rincón del Pacífico panameño.
A poca distancia, Cambutal ofrece un retiro más apartado, con paisajes impresionantes, un ambiente bohemio y playas perfectas para quienes quieren conectar con la naturaleza.
Playa Venao, por su parte, se ha ganado la fama entre surfistas por sus excelentes olas, pero también es perfecta para disfrutar del sol y la arena. Con una vibrante escena de restaurantes y actividades al aire libre, Venao se ha convertido en un destino popular para quienes buscan aventura.
Estos tres destinos ofrecen una experiencia única de la península, ideal para desconectar, explorar y disfrutar de la costa pacífica.
Parque Nacional Coiba
Coiba forma parte de una de las áreas marinas protegidas más grandes del mundo y cuenta con más de 40 sitios autorizados para el buceo sostenible. Bajo el agua, arrecifes como el de bahía Damas (el más grande de la costa pacífica del continente) esconden un universo vibrante: mantarrayas, tortugas, tiburones martillo y, entre diciembre y abril, incluso tiburones ballena.
En la superficie, la isla ofrece rutas para senderismo, donde se puede caminar a través de sus frondosos bosques tropicales. Coiba es un lugar donde la naturaleza se muestra en su forma más pura, invitando a los viajeros a desconectar y vivir una experiencia única.
Santa Catalina
Aquí las aventuras se multiplican. Santa Catalina es un destino imperdible tanto para surfistas como para amantes de la naturaleza. Los surfistas experimentados se dirigen a Playa Santa Catalina, famosa por sus poderosas olas que pueden superar los 9 metros. Los principiantes prefieren Playa Estero, donde las olas son más pequeñas y amigables.
Pero Santa Catalina no es solo surf: también es la puerta de entrada al Parque Nacional Coiba, un archipiélago declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ideal para el buceo, el snorkel y la exploración ecológica.
Ya sea buceando en sus profundidades, navegando entre islas desiertas o simplemente caminando por la costa al atardecer viendo el sol esconderse en el mar, Santa Catalina ofrece una experiencia que conecta con lo esencial: la naturaleza, la libertad y el espíritu de exploración.
Portobelo
Caminar por Portobelo es sumergirse en la Cultura Congo, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En su plaza central te recibe el edificio de la Aduana, convertido en museo, mientras que las galerías y talleres de arte revelan una identidad vibrante. Aquí, la música, los personajes y la devoción al Cristo Negro se sienten en cada esquina.
Más allá del casco histórico, sus alrededores invitan al contraste entre la naturaleza y la aventura. Navega hasta islas y playas cercanas como Isla Mamey o Playa Huertas. Practica snorkel en arrecifes protegidos, explora el bosque por senderos naturales o admira el atardecer desde una tabla de paddle.
Portobelo te conecta con el alma del Caribe. Cerca, auténtico y lleno de vida.
Ciudad de Panamá
En el corazón de la ciudad late el histórico Casco Antiguo, un encantador barrio colonial declarado Patrimonio de la Humanidad, donde iglesias centenarias, plazas pintorescas y fachadas coloridas te transportan al pasado.
Si buscas experiencias culinarias, tienes que saber que Ciudad de Panamá ha sido reconocida por UNESCO como Ciudad Creativa Gastronómica y que cuenta con 2 restaurantes en la lista de Latin America 's 50 Best Restaurants. Tampoco puedes dejar de visitar el Canal de Panamá, una de las maravillas de la ingeniería mundial, que conecta dos océanos y simboliza el espíritu visionario del país.
Además, si eres amante de la naturaleza, te sorprenderá saber que Ciudad de Panamá es la única ciudad capital del mundo con un bosque tropical dentro de sus límites urbanos: El Parque Nacional Metropolitano, un pulmón verde con senderos, miradores y lleno de biodiversidad.
Isla Taboga
Conocida como la "Isla de las Flores" por su exuberante vegetación y coloridas bugambilias, Taboga también guarda una rica historia: fue hogar de piratas, exploradores y artistas como Paul Gauguin.
Además de disfrutar del sol y el mar, puedes recorrer senderos ecológicos, visitar su pintoresca Iglesia (una de las más antiguas del continente) y deleitarte con vistas panorámicas desde el Cerro Vigía o Cerro de la Cruz, uno de los puntos más altos de la
isla.
Bocas del Toro
Su archipiélago cuenta con tres islas principales. Isla Colón es la más desarrollada, con aeropuerto propio, calles coloridas y un perfecto balance entre hermosas playas y una vibrante vida nocturna. Isla Bastimentos sorprende con su fauna silvestre y playas escondidas como Red Frog Beach. Isla Carenero, con aire bohemio, es ideal para surfistas de todos los niveles. Además, el Archipiélago fue declarado un Hope Spot para la conservación de los corales, por lo que es una increíble opción para los aficionados del buceo y el snorkel.
Si de cultura se trata, Bocas del Toro no se queda atrás. Aquí, la herencia afrocaribeña se vive en cada esquina. La música resuena con una mezcla de calipso, reggae y dancehall. La cocina local sorprende con sabores intensos y auténticos del Caribe, y hasta podrás oír el guari-guari, un idioma criollo que combina inglés, francés y español, muy distintivo de la cultura bocatoreña.
Cada rincón guarda una historia, y todos te invitan a explorar, conectar y dejarte llevar.
Tierras Altas
En Cerro Punta, zona que se conoce como la despensa de Panamá, podrás encontrar jardines y caminos rurales que conducen a reservas naturales llenas de aves, orquídeas y vida silvestre. Además de cafetales, y fincas ecuestres, ganaderas y de cultivos.
También puedes visitar Cuesta de Piedra, una zona tranquila, pero con joyas naturales como el Macho de Monte. Un cañón con paredes naturales de 15 metros de altura, desde donde brota agua cristalina.
Boquete
Más a las afueras, explora senderos entre bosques nublados, cruza puentes colgantes y descubre cascadas escondidas. Desde subir el imponente Volcán Barú hasta avistar quetzales, o hacer river rafting, aquí la aventura se vive en cada esquina.
También hay tiempo para bajar un poco las revoluciones: degusta café de clase mundial en una finca local, pasea entre jardines llenos de flores y colibríes, y conéctate con la vida y naturaleza del entorno.
Boquete es un lugar incomparable donde la paz y la adrenalina convergen.
Riviera Pacífica
En Panamá Oeste, Punta Chame atrae a los amantes de los deportes acuáticos con su ambiente mágico y sus amplias playas. Gorgona y Coronado, por su parte, ofrecen comodidad y acceso a servicios turísticos sin perder la cercanía al mar.
Más adelante, San Carlos brinda un respiro sereno para quienes buscan desconexión total, mientras que el Valle de Antón, un pueblo encantador ubicado dentro del cráter de un volcán, te regala cascadas, pozos naturales y rutas de senderismo como La India Dormida o la Ruta de la Caldera.
En la provincia de Coclé, Santa Clara y Farallón destacan por sus aguas tranquilas y arenas claras. Esta región ofrece algo para todos, desde playas con grandes hoteles y hospedajes como Playa Blanca, Bijao y Buenaventura, hasta otras solo con pequeños restaurantes y bares.
La Riviera Pacífica no es solo un destino: es una colección de experiencias a corta distancia. Aquí, el mar, la montaña y la aventura están siempre cerca.
Valle de Antón
Sus paisajes montañosos invitan a explorar rutas icónicas como La Ruta de la Caldera, donde se conectan 4 senderos icónicos: La India Dormida, El Gaital, Cara Iguana y La Silla. Para los más aventureros hay tirolesas, ciclismo de montaña y rappel. Para quienes prefieren algo más pausado vale la pena conocer la historia de la mítica rana dorada, una especie en peligro de extinción, o disfrutar de un baño rejuvenecedor en los Pozos Termales El Valle.
El pueblo, con su ambiente pintoresco, ofrece mercados locales, artesanías hechas a mano y una gran variedad de restaurantes donde la gastronomía destaca. En 2024 fue reconocido como uno de los Best Tourism Villages del mundo por la Organización Mundial del Turismo.
El Valle de Antón es ese lugar donde puedes desconectar, reconectar y disfrutar de la paz de las montañas sin alejarte demasiado de la ciudad.
Pedasí, Cambutal y Venao
Con calles tranquilas y una comunidad acogedora, es el lugar perfecto para sumergirte en las tradiciones culturales del país. Aquí podrás conocer de cerca la Pollera, el traje típico nacional, y el arte del sombrero pinta’o, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
Muy cerca se encuentra el Refugio de Vida Silvestre Isla Cañas, un área de conservación clave en la ruta natural de millones de tortugas marinas que, cada año, regresan a la península de Azuero para desovar durante las famosas arribadas. Un espectáculo natural que puedes vivir de cerca en este rincón del Pacífico panameño.
A poca distancia, Cambutal ofrece un retiro más apartado, con paisajes impresionantes, un ambiente bohemio y playas perfectas para quienes quieren conectar con la naturaleza.
Playa Venao, por su parte, se ha ganado la fama entre surfistas por sus excelentes olas, pero también es perfecta para disfrutar del sol y la arena. Con una vibrante escena de restaurantes y actividades al aire libre, Venao se ha convertido en un destino popular para quienes buscan aventura.
Estos tres destinos ofrecen una experiencia única de la península, ideal para desconectar, explorar y disfrutar de la costa pacífica.
Parque Nacional Coiba
Coiba forma parte de una de las áreas marinas protegidas más grandes del mundo y cuenta con más de 40 sitios autorizados para el buceo sostenible. Bajo el agua, arrecifes como el de bahía Damas (el más grande de la costa pacífica del continente) esconden un universo vibrante: mantarrayas, tortugas, tiburones martillo y, entre diciembre y abril, incluso tiburones ballena.
En la superficie, la isla ofrece rutas para senderismo, donde se puede caminar a través de sus frondosos bosques tropicales. Coiba es un lugar donde la naturaleza se muestra en su forma más pura, invitando a los viajeros a desconectar y vivir una experiencia única.
Santa Catalina
Aquí las aventuras se multiplican. Santa Catalina es un destino imperdible tanto para surfistas como para amantes de la naturaleza. Los surfistas experimentados se dirigen a Playa Santa Catalina, famosa por sus poderosas olas que pueden superar los 9 metros. Los principiantes prefieren Playa Estero, donde las olas son más pequeñas y amigables.
Pero Santa Catalina no es solo surf: también es la puerta de entrada al Parque Nacional Coiba, un archipiélago declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ideal para el buceo, el snorkel y la exploración ecológica.
Ya sea buceando en sus profundidades, navegando entre islas desiertas o simplemente caminando por la costa al atardecer viendo el sol esconderse en el mar, Santa Catalina ofrece una experiencia que conecta con lo esencial: la naturaleza, la libertad y el espíritu de exploración.
Portobelo
Caminar por Portobelo es sumergirse en la Cultura Congo, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En su plaza central te recibe el edificio de la Aduana, convertido en museo, mientras que las galerías y talleres de arte revelan una identidad vibrante. Aquí, la música, los personajes y la devoción al Cristo Negro se sienten en cada esquina.
Más allá del casco histórico, sus alrededores invitan al contraste entre la naturaleza y la aventura. Navega hasta islas y playas cercanas como Isla Mamey o Playa Huertas. Practica snorkel en arrecifes protegidos, explora el bosque por senderos naturales o admira el atardecer desde una tabla de paddle.
Portobelo te conecta con el alma del Caribe. Cerca, auténtico y lleno de vida.