Día 1: El primer día en Edimburgo tómatelo con calma y aprovecha para recorrer el casco antiguo de Edimburgo. Un paseo por la Royal Mile, una de las calles principales de Downtown será perfecto para abrir el apetito y probar algunos de los platos típicos de la zona como el Scotch broth o el Dundee Cake.
Día 2: El famoso castillo de Edimburgo es una de las paradas obligadas de este viaje. Las vistas desde aquí son impresionantes. A continuación, puedes volver al centro de la ciudad para visitar la Catedral de St. Gilies y el Monumento Scott. Si te gustan las historias de misterio, acércate a Mary King’s close, una calle llena de leyendas.
Día 3: El último día en Edimburgo resérvalo para ir a Holyroodhouse, la residencia de la Reina de Inglaterra en la ciudad. Te sorprenderán sus jardines y su increíble interior. Una vez aquí puedes ir a Calton Hill, una de las colinas más emblemática de la ciudad.
Edimburgo en diciembre
La Navidad en Edimburgo es capaz de transportarte de nuevo a tu infancia. Desde finales de noviembre hasta principios de enero, la capital escocesa se convierte en un lugar de cuento en el que los destellos de luz, la gran noria y los puestos de los mercadillos se adueñan de las calles.
¿Qué ver en Edimburgo en diciembre? Antes de salir a la calle abrígate, porque el invierno en Escocia es bastante frío. Si, una vez en el exterior quieres entrar en calor, no dudes en pedir un Mulled Wine, vino caliente especiado típico de Navidad. El recorrido empieza por The Mound, el abeto navideño debidamente decorado, los jardines de Princes Street y la plaza de St Andrew Square, donde encontrarás atracciones y puestecillos de Navidad. Si viajas con niños, seguro que quieren subir a la Edinburgh Wheel y perderse en el laberinto de Christmas Tree Maze.